Categoría: Trazando Espacios de Conexión

Callejón Quetepe

Cumaná, Estado Sucre, Venezuela. Noviembre 2016.
Equipo: Ana Vargas, Raquel Portillo, Ana Rodríguez y Diana Ruiz Hueck.

Trazando Espacios en El Callejón Quetepe se realizó en el Centro Histórico de la ciudad de Cumaná, gracias a la alianza con la Fundación Centro Histórico de Cumaná y el Banco Interamericano de Desarrollo. Para realizar este taller parte del Equipo TEP viajó por una semana a la ciudad de Cumaná para trabajar con 15 jóvenes entre 9 y 16 años, vecinos del Centro Histórico.

En este programa los jóvenes aprendieron a ver su comunidad desde una nueva perspectiva. Usando la fotografía como herramienta para observar retrataron mas de veinte lugares que reflejan la identidad local y los espacios que tenían potencial de transformación escogiendo junto a la comunidad uno especial para ellos: “El Callejón Quetepe”.

Luego de escoger el lugar para intervenir y realizar encuestas a los vecinos para identificar las necesidades locales, los participantes realizaron maquetas para expresar sus ideas y proponer distintos tipos de mobiliarios, jardineras y elementos decorativos para el callejón de aproximadamente 70 metros de largo y 2,5 metros de ancho.

Basados en las propuestas de diseño realizadas, los alumnos construyeron con paletas recicladas de madera bancos para sentarse individualmente o en pareja junto con macetas para sembrar árboles que den sombra, así como unas jardineras de pared para sembrar hierbas que los vecinos puedan usar, y banderines de colores para decorar todo el Callejón Quetepe.

Esta semana de experiencia determinó que el Centro Histórico de Cumaná es un sector lleno de lugares con potencial turístico: su arquitectura pintoresca y los distintos espacios públicos son ideales para recibir a turistas y darle vida a esta zona. La intervención realizada en el Callejón Quetepe es sencilla pero contundente en su intención de ser una alternativa de activación del espacio público haciendo que un callejón de más de 70 metros de largo que actualmente es de paso, pueda ser de permanencia; dándole la oportunidad e invitando a los peatones de compartir en un espacio agradable lleno de color y vegetación.

Escalera del Sabor

Petare, Estado Miranda, Venezuela. 18 de Junio 2016.
Equipo: Ana Vargas, Jennifer Pacheco, Raquel Portillo, Ana Rodríguez, Eliana Ramírez y Orlys Pacheco.

200 voluntarios se convirtieron en protagonistas del proyecto “Trazando Espacios en la Escalera del Sabor”. El escenario escogido para la intervención fue la Zona 2 del Barrio José Félix Ribas en Petare. El reto consistió en transformar 275 escalones del Callejón del Sabor, plasmando en ellos el cuento “Azul y Rojo” de Camelia Ediciones escrito por Mireya Tabuas e ilustrado por la artista plástica Patricia Van Dalen y el diseñador Ricardo Báez.

La jornada comenzó en la terraza de un vecino de la escalera. Todos los participantes reunidos escucharon atentamente el cuento narrado por Nancy Moreno, cuenta cuentos de “Pasa la Cebra”. El relato trata de una mamá que le gusta el color azul y un papá que le gusta el rojo. “Cada uno cree que su color es mejor que el otro y le piden al hijo que escoja cuál es su favorito. Él elije el morado que es la mezcla de los dos, por eso estamos usando hoy franelas moradas” son las palabras de Jean Luis, un niño que vive en la zona y que nos cuenta entusiasmado de que trata la historia.

Los niños batían con fuerza el pote de pintura por, al menos, 3 minutos. Esas eran las instrucciones. Las latas sonaban como maracas al son de la emoción de los niños. Mientras, otros grupos pegaban los mosaicos que hacían referencia a las ilustraciones del cuento.

En cinco horas el cuento estaba escrito e ilustrado a lo largo de la escalera. Un momento cumbre del trabajo nos lo narra Juan, un albañil de la zona: “Se reunieron en la plaza de la escalera varios grupos juntos para pegar los mosaicos. Fue el mejor punto porque allí se plasma, específicamente, la imagen del cuento donde se tocan los dos círculos de colores azul y rojo, formando entre ellos un nuevo color: el morado”. A partir de ese momento, el esfuerzo de subir y bajar la escalera hasta la plaza quedaría amenizado con literatura y arte.

Ahora cada vez que los vecinos suban a sus hogares y lean el cuento, recordarán este mensaje: Podemos convivir celebrando las diferencias. Al fin y al cabo, todos somos mezclas de colores, de emociones, de sueños e ilusiones, todos somos como el morado.